Spain is Pain #355: El hombre del subsuelo. Publicado el 29 junio, 2019 por Miguel A. Pérez-Gómez

Cuando leo o veo cualquier tipo de texto muchas veces busco esas referencias estéticas, guiños narrativos, un gesto, un movimiento, un encuadre que me ayuden a conectar a la obra en cuestión con otras, y de paso intentar a llegar a tener un conocimiento más profundo de lo que estoy viendo. Supongo que como todo el mundo hace. Buscar un referente literario, cinematográfico o pictórico nos hace pensar en otras posibles influencias de los autores. Un acto de intentar leer o comprender aquello creado por otro a partir de un precepto puramente estético.
En El subsuelo de Víctor Solana hay una serie de influencias que son claras, están ahí para ahorrarnos tiempo en la comprensión del universo ficcional. A nivel literario 1984, Un mundo feliz, y una referencia muy personal, Ciudad revientacráneos. Las influencias cinematográficas pasan por Metrópolis o un Mad Max un tanto enfermizo. Del noveno arte bebe de David RubínEl Incal o el sacrosanto Akira. A pesar de ello el secreto mejor escondido de las influencias que planean sobre este título es la obra pictórica del mismo autor. Un mundo de retratos colectivos de personas con conos, retratos en primer plano de hombres y mujeres con la cara llena de cinta de embalar, vendas o cables o El hombre del subsuelo. Esta última parece ser la obra seminal que preña todo el imaginario de Santos.
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El retrato es un plano medio corto de un hombre que tiene la cara y el cuerpo cubierto por lo que parecen heces, llevando un cono blanco e interpelando de soslayo al espectador. En el cómic ese personaje se refleja en el capitán que controla la Ciudad Gas para Damabiah, el gran líder que todo lo controla. Este es un déspota que, con la idea de un enemigo exterior constante, implanta un sistema de falso bienestar social en el que controla a su pueblo a través de drogas. Es un mundo carente de esperanza que, enfrentada a los Tribales, que viven fuera de los límites de Ciudad Gas. Estas dos sociedades están separadas por una divergencia teológica; mientras que los tribales creen en un dios que no es visible si no que en un acto de fe hay que creer ciegamente en él, en Ciudad Gas, Damabiah es un ídolo querido y temido a partes iguales. Mientras que unos viven bajo el temor de ofender a su deidad u otros temen convertirse en objetivo del tirano.
La historia que acompaña esta reflexión es la de una elegida, ciega, que tiene la capacidad de hablar con dios, y será la elegida, como Juana de Arco, de hacer caer la tiranía y luchar por la libertad del ser humano. Pero es el apartado gráfico lo que resulta apabullante, todas y cada una de las páginas ofrece resoluciones visuales completamente diferente. Eso implica un uso del lenguaje del cómic que pocos autores tienen, y teniendo en cuenta de que se trata de una primera obra podemos estar delante de uno de los autores más interesantes de la próxima década. El subsuelo guarda ciertas similitudes temáticas con Punk Rock Jesus de Sean Murphy, principalmente la búsqueda y el cuestionamiento de un sistema de creencias religiosas jerarquizado por estamentos que se ponen por encima de las necesidades del ser humano.

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