La dignidad política tiene un precio

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La Fundación Labordeta y GP Ediciones publican un cómic sobre los 8 años del aragonés en el Congreso de los Diputados

 

Juana de Grandes, Daniel Viñuales y Carlos Azagra. - JAIME GALINDO

Juana de Grandes, Daniel Viñuales y Carlos Azagra. - JAIME GALINDO

Daniel MonserratDaniel Monserrat
14/10/2020

No tuvo lo que se dice una entrada triunfal en el Congreso de los Diputados en un día lluvioso cuando tomó posesión de su escaño en aquel convulso año 2000 de la mayoría absoluta del PP pero José Antonio Labordeta se despidió del mismo con el premio de los informadores del Congreso por su simpatía y cercanía. Entre medias, ocho años con un sinfín de anécdotas y de luchas contra muros infranqueables que no eran tales para el que haya sido quizá el diputado por Aragón más conocido de la historia de la comunidad. Todas estas andanzas se recogen en el cómic Señoría Labordeta guionizado por Daniel Viñuales, dibujado por Carlos Azagra y coloreado por Encarna Revuelta, un equipo que funcionó ya de manera brillante en TeBeO Labordeta, editado también por GP Ediciones y la Fundación Labordeta y que ya va por su cuarta edición.

Viñuales, que se ha basado en las andanzas y memorias del secretario de Labordeta en el Congreso, Paco Pacheco y en el propio libro que dejó escrito el político (Memorias de un beduino en el Congreso de los Diputados) ha construido, tal y como ya hacía en el primer tomo de este repaso a la figura del aragonés, un relato en torno a la memoria y a como el propio Labordeta es el que le cuenta su experiencia a San Lamberto en el cielo (o donde sea que vayan los fallecidos). A partir de ahí, aparece un relato a ratos hilarante, a ratos profundo y reivindicativo, en el que el guionista ha decidido detenerse en episodios trascendentales en su aventura en la Carrera de San Jerónimo, aunque los trata de una manera suficientemente veloz (sin dejar de abordarlos, eso sí) lo que ayuda a una narración ágil y una a lectura con sentimiento y sin ánimos de detenerla.

Para esta aventura titulada Señoría Labordeta, Daniel Viñuales ha vuelto a contar como compañeros de viaje a Azagra y Revuelta. Un tándem que ya funcionó de manera brillante en TeBeO Labordeta y que lo vuelve a hacer ahora. Azagra demuestra que tiene tomada la medida a la figura de Labordeta y que apenas le bastan unos pocos trazos para retratar su físico y lo que es más complicado, su personalidad desde los propios rotuladores.

Todo en conjunto funciona como un capítulo más de la historia de Aragón, y de España evidentemente, que ayudará seguro a acercar la figura de José Antonio Labordeta y de una manera de hacer las cosas en política, a toda una generación que empieza a no conocer su figura, y es que ya empiezan a hacer demasiados años de su pérdida. De hecho, esa es una de las intenciones de estos dos tebeos que ha publicado la Fundación Labordeta, poder acercar a los más jóvenes a través quizá de un lenguaje más directo y más accesible para ellos, la figura de uno de los aragoneses más ilustres.

El cómic, que se presenta el próximo lunes a las 19.30 en el Teatro Principal (con entrada libre hasta completar el aforo, reducido por la situación actual) cuenta con el prólogo de la viuda de Labordeta, Juana de Grandes; y con el epílogo de precisamente Paco Pacheco, todo un canto a la dignidad de un político que concluye así: “Obras como ésta permiten que se quede en la memoria el surco labrado por toda esta gente comprometida. Solo había que escuchar y atender a todas estas personas. Elaborar parlamentariamente y defender políticamente aquellas ideas en las que se creen, solo era una cuestión de disponer de tiempo, de encontrar un cierto criterio y, sobre todo, de acumular unas enormes ganas de hacer con tu vida un intento de modesto ejemplo de honradez, coherencia y amor por tu país... Gracias”.

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